Cómo usar el espejo de las relaciones

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Estamos encantados con la idea de echarle la culpa a la otra persona, por lo que dijo, hizo o “me hizo sentir”. Pues es muy fácil: si yo te dijo algo que no me gustó de ti, basta con que tú lo cambies, y entonces yo me voy a sentir bien. Tu tienes la RESPONSABILIDAD de cambiar eso que no me gusta de ti, para que yo pueda estar tranquil@. Claro, si tu me dices algo que no te gusta de mí, yo también intentaré hacer el cambio para que tu puedas estar tranquilo, aunque eso vaya en contra de lo que yo soy.

Vivimos en este vaivén con nuestras relaciones, ¿no? En el que cuando nos atrevemos a decirlo, esperamos que el otro cambie.

Esta es la mentira más grande que nos podemos contar.

 

Cuando le pedimos al otro que cambie los aspectos que no nos gustan para poder sentirnos mejor, estamos pidiéndole al otro que transforme por fuera la fachada de una casa porque no nos sentimos bien durmiendo en nuestra cama. Estamos pidiendo que cambie el marco del cuadro, porque no nos gusta la pintura que hay en él. No tiene sentido, nada cambia, si no es adentro. Debe cambiar el interior del hogar, si no te sientes cómoda durmiendo en tu cama. Debe cambiar la pintura, si no te gusta lo que ves.

Está bien que el otro, que nos ama y sólo por amor a nosotros, haga esfuerzos por cambiar en su interior conductas que nos pueden hacer sentir desprotegidos. Pero esto es sólo una MINIMA parte de lo que nos va a hacer alcanzar nuestra paz mental.

EJEMPLOS DE LA VIDA COTIDIANA

TODO lo que te hace “sentir mal” del otro, no es del otro, nunca fue ni será del otro. Es tuyo.

Si tú te topaste con una persona egoísta, absolutamente centrada en sí misma, que te interrumpe cuando hablas, y no te deja espacio para ser tú, está espejando tu necesidad de tener ESPACIO, de hablar, de estar presente. Y tu incapacidad (hasta ahora) para VIVIR eso en tu mundo externo.

Si tú te topaste con una pareja narcisista, que te toma, y te deja. Que te dice que te quiere y luego te quita su amor, que te engaña y manipula, que te hace sentir absolutamente en alerta todo el día y en disposición de agradarle para que no se enoje, estás espejando tu profunda necesidad de sentirte en PAZ, ESTABLE, y en calma con tu vida y en tu relación de pareja. Y tu incapacidad (hasta ahora) de poner los limites adecuados contigo y con otros, para vivir ese deseo que tienes adentro. De vivirte tranquila.

Si tu te topaste con un jefe que te pone turnos extra sin pagártelos, que te esclaviza al trabajo, que no se preocupa por tu salud física aún cuando te sientas mal o enferma, y te habla con hostilidad, está espejando tu hostilidad contigo misma, mostrándote cómo eres capaz de pasarte a llevar tan grandemente por algo externo a ti, y seguir respondiendo a los otros aun cuando eso significa enfermarte y perjudicarte. Y tu gran necesidad de ser coherente contigo misma, de sentirte en el lugar adecuado, en un lugar de bienestar.

Ya que estamos envueltos en un mundo de culpas, en donde echarle la culpa al otro es lo más fácil y cómodo, NO es fácil observar esto. En la terapia nos dedicamos a esto, entender.


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